Día 7
El barco
Avanza veloz sobre aguas tranquilas
Un bravo navío de porte ejemplar
Gigante de hierro que nunca descansa
Amante en disputa entre el cielo y el mar
Cargado de ojos que ven impactados
El mundo que en bruto los ha de rodear
Un azul profundo llega al horizonte
Fundiéndose con una noche espectral
A oscuras el cielo se viste de estrellas
Y todos se callan para así escuchar
El suave murmullo que emiten las olas
Cuando con la proa parecen danzar
Y al fin llega al puerto y descienden las anclas
Y los pasajeros despiden al mar
Con una sonrisa tatuada en sus labios
Regresan a tierra donde está su hogar
Y el bravo navío retoma su viaje
Por rutas que ya recorrió alguna vez
Y sueña que un día se hunde en sus aguas
Y ya no es más barco, ahora es un pez
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