viernes, 14 de enero de 2011

Día 7


El barco


Avanza veloz sobre aguas tranquilas

Un bravo navío de porte ejemplar

Gigante de hierro que nunca descansa

Amante en disputa entre el cielo y el mar


Cargado de ojos que ven impactados

El mundo que en bruto los ha de rodear

Un azul profundo llega al horizonte

Fundiéndose con una noche espectral


A oscuras el cielo se viste de estrellas

Y todos se callan para así escuchar

El suave murmullo que emiten las olas

Cuando con la proa parecen danzar


Y al fin llega al puerto y descienden las anclas

Y los pasajeros despiden al mar

Con una sonrisa tatuada en sus labios

Regresan a tierra donde está su hogar


Y el bravo navío retoma su viaje

Por rutas que ya recorrió alguna vez

Y sueña que un día se hunde en sus aguas

Y ya no es más barco, ahora es un pez

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