viernes, 27 de octubre de 2006

Dulce y delicado

Vagando entre nubes de algodón de azúcar, endulzándome el alma y el cuerpo, sintiendo el roce de los finos hilos sobre mi piel reseca
Los hilos se confunden con mis cabellos y ahora mi pelo es de azúcar.
Cierro los ojos y siento como los pequeños cristales se enredan en mis pestañas. Por momentos temo que se cuelen entre mis párpados y me estropeen la vista, o me dejen ciega, pero luego el algodón recorre delicadamente mis labios dejándome saborear su dulzura, y en esos momentos el miedo se va y me da gusto estar ahí.
Estoy descalza y mis pies están pegajosos. Voy pisando los suaves copos que me sirven de piso (aunque por su escasa rigidez continuamente me hundo en ellos pasando a un nivel inferior), mientras tanto, mis manos se abren paso entre el dulce algodón que está a mi alrededor.

No se hacia donde voy ni cuanto tiempo llevo aquí. Sólo se que estoy feliz, y estoy en paz...

miércoles, 25 de octubre de 2006

Tiempo

Sólo a una cosa temo en el mundo: al tiempo. Ningún ser o ente material me aterra, pero el tiempo, aquel monstruo abstracto puede llegar a ponerme los pelos de punta, pues no hay que se le compare. El tiempo arrasa con todo a su paso. Ni una plaga de langostas, ni un bombardeo, ni un incendio, inundación o cualquier otro desastre natural causa los mismos estragos que los causados por el tiempo. Éste le carcome a uno la carne muy lentamente; mueve y erosiona las grandes montañas. El tiempo pudre el alimento, deforma el rostro, destruye las ciudades, y aunque, en un acto de bondad, crea vida y hace crecer la vida, nunca se queda con ella: la va degradando y acaba por matarla
Un asesino puede matar a cientos de personas, pero el hombre castiga al asesino, y finalmente el tiempo detiene el latido de su corazón. Pero ¿No es entonces el tiempo un asesino más peligroso que cualquier se humano? ¿Y quién castiga al tiempo? ¿No es acaso el responsable de la muerte de billones o miles de billones de criaturas? ¿No es el extintor de millones de especies? ¿Y quién hace algo al respecto? ¿Existe algún ente con mayor poder que pueda acabar con él algún día?
Muchos me hablan de Dios: “Dios es el dueño del tiempo- me dicen- él lo controla”. Pero yo no creo que sea así. El tiempo matara a dios así como un niño aplasta a una hormiga. Así, con esa facilidad. Porque dios es como el fuego que al principio crece con gran intensidad y luego lentamente se consume, y acaba por extinguirse. El tiempo, por el contrario seguirá viviendo. Viviendo y matando, y seguirá absorbiendo mi energía vital, me arrugará la cara y las manos, hará que mis pies se cansen más rápido, que mis ojos dejen de ver y que a mis oídos les cueste oír. Luego ablandará mis músculos y desgastará mis órganos, convirtiéndome finalmente en una más de sus víctimas.
Y cuando de mí no quede ya ni el polvo, allí seguirá él, riéndose, mofándose de mi suerte y continuando con su labor, sin que nada ni nadie pueda detenerlo.

martes, 24 de octubre de 2006

La dama de los dragones

Febrero de 2005... Una muestra de Ciruelo... Es realmente un maestro del dibujo... Se lo reconoce principalmente por dibujar dragones... Muchos de sus dibujos tenían inscripciones, leyendas... Lamentablemente no fui dotada con la habilidad de dibujar... pero me las arreglo escribiendo... y esa noche me iluminé...



La dama oscura ha nacido ya,
la dama por fin ha despertado
¿Qué será ahora de la tierra y de los mares?
¿Qué será ahora de los días y de las noches?
¿Qué será ahora del cielo y de las estrellas?
Cuando la dama de sus primeros pasos y descubra su destino.
Cuando su grito se oiga en los bosques,
y en las selvas,
y en los mares,
y su llamado se haga audible para todos los oídos.

La tierra temblará
cuando las criaturas aladas se eleven sobre los bosques,
y sobre las selvas,
y sobre los mares,
y lo incendien todo.
Y los hombres temerán su futuro
cuando la dama muestre su rostro
y las estrellas se apaguen,
cuando sus ojos negros miren al mundo con odio
y ya no haya vida, sino caos,
cuando eleve sus manos y sus criaturas ataquen
y el viento arremoline su larga y negra cabellera
y ya no quede nada.

Los dragones dominarán todo, de nuevo
junto a su dama.


domingo, 22 de octubre de 2006

Engranajes

Está rodeada de desalmados, rodeada de sombras que caminan velozmente a su lado; espectros que van y que vienen sin pensar; entes que, inconscientemente, se mueven en una masa heterogénea que la empuja y la hace tropezar

Y mientras ella camina en silencio, oye los murmullos lejanos de quienes están a su alrededor. Murmullos que sólo ella escucha, pero que nadie entiende

Los entes visten de traje y cargan maletines. Pero ella no puede verlos, porque van tan rápido que, ante sus ojos, son sólo un haz de luz que recorre las calles incesantemente

Los desalmados no piensan, no viven; en cambio ella desborda de ideas, ideas propias y originales que existen gracias a su sed de vivir, de ver, de conocer el mundo.

Ella no ha perdido su alma ni su identidad, ella odia loa monotonía. Por eso es que hoy camina silenciosamente por una calle céntrica, pensando, y mañana tal vez corra rodeando un parque escuchando el cantar de los pájaros, o quizás apure tan sólo un poco el paso y así ande, mientras silba una melodía.

Las diez de la mañana. Las calles se han vaciado. Los espectros ya han entrado en sus edificios, han fichado si ingreso y han asumido su rol de oficinistas.

Ella sigue en la calle, sola, y si por alguna casualidad (un papel caído, un sello extraviado) algún empleado se asoma a una ventana, puede ver su sonrisa y, aunque sea por un instante, recuperar su alma, olvidar el trabajo y recordar lo hermoso que era vivir.