Caminos
De pequeña solía decir que la vida era una cinta transportadora, en donde cada quien iba tomando un lugar y se dejaba llevar. En hilera pasaban por la cinta infinidad de rostros, infinidad de cuerpos que crecían y maduraban lentamente.
El final de la cinta era abrupto, y cuando llegaban a él, los cuerpos caían al abismo.
Hoy me doy cuanta de que la vida no es una cinta transportadora. La vida es un sendero; un sendero que a veces va recto, a veces se curva, o serpentea; un sendero que se bifurca dando al caminante infinidad de opciones; un sendero que puede ser llano y liso, pero tener zonas pedregosas, elevaciones, pozos, obstáculos, trampas; un sendero que se cruza con otros, a veces siguen juntos solo un corto tramo, pero otras veces los caminos se juntan para no separarse jamás, hasta que uno de los dos llega a su final.
Por mi parte yo camino por mi sendero, esquivando piedras, eludiendo pozos, saltando charcos. Cruzando una y otra vez por caminos ajenos. Sola, acompañada, triste, alegre. Andando con paso firme por los caminos rectos, titubeando en las bifurcaciones, pero siempre caminando, siempre con la vista fija en mi próxima meta.
5 comentarios:
A veces golpearme contra la pared o pisar los charcos me llena de sabiduría.
oye, lindo post...mencionaste tb que hay zanjas profundas (no me fijé)??
Y cuantas veces los caminos están llenos de flores y cielos azules!!...
Abrazos.
tu vida va entre aeropuertos y cementerios.
Letras para reflexionar, que no es poco en este atardecer de Bs. As.
Dejo un abrazo
MentesSueltas
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